La venta de bienes y servicios a través de canales online sigue ganando terreno. En 2014, el comercio electrónico en España superó los 15.891 millones de euros, un 24,4% más que el año anterior, comprendiendo productos y servicios, según se desprende de Informe de Comercio Electrónico del IV Trimestre del 2014 publicado por la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC), y que contabiliza las compras realizadas por Internet mediante tarjeta de crédito o débito.
Las ventas exclusivamente de bienes (es decir, excluyendo servicios como agencias de viajes y espectáculos que tienen un peso muy alto) alcanzó los 4.462 millones de euros. Si bien la cifra todavía es relativamente baja, su ritmo de crecimiento no: en el conjunto de 2014 el comercio electrónico de productos repuntó un 46%, frente al tímido avance del total del sector del comercio (físico y online) que fue del 0,2%.
De este modo, el peso relativo del comercio electrónico de productos sobre el conjunto del sector minorista alcanza ya una cuota del 2,2%, es decir, se ha duplicado en apenas dos años.
En un contexto cada vez más digitalizado, los vasos comunicantes entre los digital y los físico tienden a crecer, por tanto, será cada vez más difícil separar entre canales porque por ambas esferas se retroalimentan en el flujo de clientes y en la experiencia de compra. No obstante, el rápido avance del ecommerce muestra también algunos nuevos drivers del consumo, como la conveniencia y rapidez. Por ejemplo, uno de cada cuatro consumidores reconoce que compra online porque los horarios de apertura del comercio (limitados por ley) no coinciden con su disponibilidad para las compras, según un estudio de Ebay.