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La Junta de Extremadura infringe la Ley de Horarios que obliga a mantener las Zonas de afluencia turística en Badajoz, Cáceres y Mérida

By 04/04/2016junio 20th, 2023Sala de prensa3 min read
  • Las ciudades fronterizas y Patrimonio de la Humanidad deben tener obligatoriamente una ZGAT
  • No han cambiado las circunstancias por las que hace tres años se declaró a estos tres municipios zonas de afluencia turística
  • Resulta decepcionante que la Junta utilice sus recursos en imponer barreras y restricciones a un sector económico, en lugar de impulsar su crecimiento

La Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (ANGED) está en total desacuerdo con los argumentos aducidos por la Consejería de Economía de Extremadura para derribar las Zonas de Gran Afluencia Turística (ZGAT) de Badajoz, Cáceres y Mérida. La Junta está haciendo un uso arbitrario de la Ley estatal de Horarios Comerciales, la cual fija como un criterio objetivo e imperativo que las zonas fronterizas, como es el caso de Badajoz, y las ciudades Patrimonio de la Humanidad, como Mérida y Cáceres, sean declaradas zonas de gran afluencia turística con libertad horaria para el comercio.

En estas tres ciudades se dan unas circunstancias objetivas, obligatorias y suficientes que no han cambiado y que, por tanto, la Junta de Extremadura no puede tergiversar para responder a un interés político y electoral. Sobre todo, porque el Gobieo extremeño está sembrando inseguridad jurídica sobre una regulación adoptada hace sólo tres años con la unanimidad del Consejo Regional de Comercio, los informes favorables de la Dirección General de Turismo y las consejerías, así como el apoyo de los ayuntamientos.

Tanto la Directiva de Servicios de la UE, como la normativa española de Unidad de Mercado dejan bien claro que toda restricción a la libertad de establecimiento y ejercicio debe estar justificada por razones imperiosas de interés general; no ser discriminatoria, y ser necesaria. La Junta ha escurrido estas tres obligaciones con el único objetivo de privar a una parte del comercio del mismo derecho a la libertad de horarios que ya disfrutan todas aquellas tiendas de menos de 300 metros cuadrados; y por supuesto el resto de actividades del sector servicios, como bares, hoteles, transportes, espectáculos y turismo.

Resulta francamente decepcionante que una Administración dedique sus esfuerzos a tratar de imponer de manera infundada el cierre total de las tiendas, en lugar de plantear propuestas que ayuden al comercio y al turismo a mejorar su competitividad y generar nuevas oportunidades de negocio y empleo.

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