El pasado 19 y 20 de noviembre tuvo lugar en Madrid, la 4º edición de la cumbre anual de turismo de calidad y de compras, Summit Shopping Tourism & Economy 2018, donde se analizó las claves para un cambio de posicionamiento de España como mercado receptor de este tipo de turistas. En este marco, Anged ha entrevistado a Jose Antonio Samarach, Presidente del Comité Organizador del Summit Shopping Tourism & Economy para conocer en profundidad los retos a los que se enfrenta el sector.
¿Qué nuevas tendencias hay en el Turismo de compras a nivel internacional?
Actualmente, el turismo de compras y de calidad está protagonizado por los viajeros de largo radio, fundamentalmente asiáticos (de China, Japón, India y otras economías emergentes), Estados Unidos, Canadá, Latinoamérica, Rusia y países del Golfo Pérsico.
Se trata de mercados que cuentan con clases medias jóvenes de alto poder adquisitivo, cuya capacidad de gasto llega a quintuplicar la de los europeos. Plantean sus vacaciones desde la perspectiva de vivir experiencias en un entorno seguro, con gran riqueza paisajística, histórica y monumental.
Este tipo de turistas viajan varias veces al año y en todas las estaciones, preferentemente a destinos urbanos. Son respetuosos con el entorno y el medio ambiente, y aman las compras, la gastronomía y los buenos vinos.
Hay una creciente demanda por los destinos turísticos inteligentes, aquellos que posibilitan una experiencia de calidad al visitante, al tiempo que mejora la calidad de vida de los ciudadanos residentes en ese destino, y que se trabajan de una forma transversal, teniendo en cuenta todos los medios a su alcance: tecnología, infraestructuras, accesibilidad, comercio, sistema financiero, medios de pago, tax free, inmobiliario, cultura, ocio, deporte, salud, wellness…
¿Cómo es la relación de España y China en la relación a Turismo de Compras?
El viajero chino es hoy el turista de compras por excelencia. España tiene mucho camino por recorrer en la captación de estos viajeros, puesto que de los 124 millones de ciudadanos chinos que salieron de su país en 2017, vinieron a Europa 13,6 millones, y de ellos, solamente 515.000 eligieron España como destino de sus viajes.
España tiene mucho camino por recorrer en la captación de estos viajeros, puesto que de los 124 millones de ciudadanos chinos que salieron de su país en 2017, vinieron a Europa 13,6 millones, y de ellos, solamente 515.000 eligieron España como destino de sus viajes.
Se trata de una cifra exigua para un país que recibió a 82 millones de turistas. Además, los países de nuestro entorno con los que competimos en la atracción de turismo de compras y de calidad, nos superaron con creces. Francia recibió a 1.700.000 chinos, Italia a 1.500.000, Reino Unido a una cifra similar y Alemania rondó el millón. A Austria han legado 900.000 turistas chinos entre enero y julio de 2018, Turquía prevé cerrar el año con medio millón.
¿Cómo puede España mejorar en la atracción de turistas de calidad?
En primer lugar, es necesario que mejore el conocimiento y la percepción de España en los países emisores de esa tipología turística, y sobre todo en China, como primer emisor mundial. Así, hay que hacer un esfuerzo en mejorar la promoción en esos países de origen a base de innovación, una oferta más experiencial, imaginación e inversión (al mismo nivel que lo hacen Francia, Italia o el Reino Unido, por ejemplo).Y ello requiere el esfuerzo de las Administraciones, sin duda, también del sector privado, a través de un pacto de Estado en el que se involucren tanto los actores públicos como los privados.
Hay que ser rápidos y proactivos, porque los cambios se suceden con suma rapidez, y adaptarse con agilidad a la transformación es clave para ser competitivos. Es necesario aportar a esos turistas todas las facilidades en lo que respecta a visados, conexiones aéreas directas, etc.
¿Hacia qué dirección tiene que ir transformación global de la oferta en España?
España es uno de los líderes mundiales indiscutibles en la captación de turismo a nivel global. Es segunda en llegadas de turistas, por detrás de Francia, y también es segunda en ingresos por turismo, después de Estados Unidos. Además, según el Foro Económico Mundial, España es líder mundial en competitividad turística. Por todo ello, nuestro país no debe renunciar al turismo que ha traído a millones de visitantes durante muchas décadas, el conocido como ‘de sol y playa’. Ahora bien, la recuperación de otros destinos mediterráneos –con una oferta a precios inferiores a los nuestros–, está motivando cierta ralentización en la captación de ese turismo tradicional.
Así, mantenernos en posiciones de liderazgo, exige un impulso en el nuevo escenario global hacia metas como lograr mayores ingresos por visitante o corregir la masificación en ciudades y destinos saturados, en los que actualmente se registran tensiones y de los que se ahuyenta a los turistas de calidad.
¿Cuales son los elementos más determinantes para hacer a las ciudades españolas destinos de turismo de compras de calidad?
España y sus ciudades cuentan con todos los atributos que buscan los viajeros de calidad y de compras: seguridad, historia, monumentos, paisaje, presencia de grandes marcas, comercio, artesanía, oferta cultural, de ocio y gastronomía… Así como unas infraestructuras de primer nivel y una planta hotelera excelente y en auge, gracias al esfuerzo inversor desarrollado en los últimos tiempos por empresas nacionales e internacionales. Además, nuestro país cuenta con una ubicación privilegiada, a medio camino entre Asia y América, y un clima excepcional.
Así pues, España lo que debe hacer es poner en valor esa oferta y hacerla llegar a los países de origen del turismo de calidad y de compras, mediante las fórmulas y los canales adecuados de promoción.
¿Qué retos se le presentan a la distribución y el retail españoles para convertir a las ciudades españolas en destinos diferenciales?
La excelente oferta comercial que alberga España abarca desde marcas globales y centros comerciales hasta las tiendas clásicas o el comercio de proximidad, local y artesano. Y una buena combinación de todo ello, junto con un servicio marcado por la excelencia, es la que se debe potenciar para mantener la personalidad de nuestras ciudades y hacer que resulten atractivas para los viajeros internacionales.