Nuestro último Resumen de Indicadores del Comercio de febrero recoge ya una foto completa de 2022 sobre la evolución del sector. El índice de actividad del comercio en volumen, es decir, el consumo, cayó un 0,8% en 2022 y se encuentra todavía 3,9 puntos por debajo de los niveles pre-pandemia. En concreto, el consumo en alimentación cerró el ejercicio con una caída del 1,9% mientras que el resto de categorías quedaron prácticamente en plano (+0,2%), con un buen tono eso sí de las categorías de equipamiento personal, como la moda, que recuperaron (+14%) parte del terreno perdido los años atrás.
Si analizamos el índice de actividad en valor, las ventas avanzaron un 9,4% en 2022, un dato no obstante marcado por el fuerte impacto de la escalada de costes y precios. Destaca que esta evolución positiva se da en todas las comunidades autónomas, en especial en Madrid, Baleares y Cantabria que se sitúan significativamente por encima de 2019. Conviene fijarse también en que en el primer año completo sin restricciones, las ventas de combustible aportaron 2 puntos en consumo y 3 en facturación al comercio en general.
En la coyuntura más reciente, podemos observar como en el último trimestre del año se ha comportado mejor de lo esperado en cuanto a la crisis energética se refiere, gracias a una meteorología benigna y las grandes reservas de gas acumuladas. Así el avance de la contabilidad nacional mantiene un ritmo casi plano de crecimiento intertrimestral, si bien el consumo de los hogares mostró un tono algo peor al cierre del año por el impacto de la inflación sobre las rentas de los hogares, la subida de tipos de interés y la desaceleración del crecimiento de empleo. En el lado opuesto, el turismo se acerca a niveles pre-pandemia con unas previsiones positivas para este ejercicio, dentro del entorno de inestabilidad global en el que se mueve la economía.
El dato del mes: Moderación en las categorías de no alimentación
Si analizamos los precios a partir del deflactor del Índice de Comercio Minorista, la inflación de los productos de no alimentación (grupo de resto de bienes, sobre todo los tecnológicos) han bajado 16 puntos en los últimos cuatro meses, hasta llegar al entorno del 0%. La paulatina normalización de las cadenas de suministro globales y la solución a algunos de los cuellos de botella en la logística internacional han podido ayudar a esta tendencia.
A tener en cuenta: La presión en los costes de producción
CaixaBank Research señala que «el alza de costes que están experimentando los productores agroalimentarios va más allá del shock en los costes energéticos y refleja, por ejemplo, el encarecimiento de fertilizantes (claves para el sector primario) o del aceite (muy relevante en los alimentos procesados)».
En su análisis, CaixaBank advierte de que «los costes de ambos sectores se habrían incrementado sustancialmente desde 2019: un 47% en el sector agrícola y un 29% en la industria alimentaria. Dado que los costes de producción mencionados registraron alzas importantes en los últimos meses, prevemos que su efecto sobre los precios de consumo no cese a corto plazo».