El comercio minorista es uno de los principales motores de la actividad en Europa. Este sector da empleo a 33 millones de personas, genera el 11% del PIB comunitario y concentra una de cada tres pequeñas y medianas empresas. La Comisión no quiere que los problemas económicos de varios países sirvan de pretexto para frenar la integración del mercado interior. Por eso recuerda que, pese a la Directiva de Servicios impulsada en 2006, “siguen existiendo obstáculos para la creación de un mercado único eficiente y competitivo” para el comercio.
Para desbloquear esta realidad, la Comisión ha presentado un Plan de Acción Europeo para el Comercio Minorista que mejore el “rendimiento económico, medioambiental y social” del sector. Entre otros asuntos, Bruselas quiere avanzar en las políticas que mejoren la información al consumidor, la eliminación de las barreras de acceso a los servicios y el impulso de un marco de buenas prácticas comerciales para las empresas que operan en el sector.
Eurocommerce, la organización que representa a las federaciones y empresas comerciales de 31 países europeos, considera que el “plan es sin duda un paso en la buena dirección” si corrige las restricciones actuales. “Muchas barreras surgen a nivel nacional para discriminar cierto tipo de comercio, cierto tamaño de formato comercial, por impuestos arbitrarios o por una interpretación dispar de la normativa comunitaria. Confiamos en que la Comisión mantendrá un criterio de tolerancia cero en este asunto y utilizará su autoridad moral sobre los Estados Miembros para asegurar la implantación real de un mercado único”, argumenta Christian Verschueren, director general de Eurocommerce (organización que integra a ANGED).
En su opinión, “para que el comercio pueda ser un motor de crecimiento y creación de empleo, se necesitan unas reglas de juego predecibles; un entorno donde los estándares de información al consumidor y protección estén armonizados y se apliquen correctamente; un contexto donde las distorsiones innecesarias, los impuestos y las barreras territoriales sean suprimidas” y en donde puedan florecer de forma sencilla el emprendimiento y los nuevos canales de venta.
En esta línea, Eurocommerce solicita a la Comisión apostar por un marco de autorregulación, en el que los códigos de buenas prácticas comerciales ayuden a resolver los conflictos entre operadores. “La experiencia demuestra que la regulación no ha sido muy eficiente para dirigir las relaciones comerciales. En términos de promover el juego limpio entre operadores, las iniciativas colaborativas ofrecen resultados más rápidos y eficientes”, insiste.