Apoyarse en la digitalización y hacer más geopolítica. Estas fueron las claves que afloraron en la Asamblea Anual de ANGED del pasado 15 de octubre durante el diálogo sobre «El talento en el contexto global y económico» protagonizado por Elena Pisonero, presidenta ejecutiva de Taldig y José María de Areilza, secretario general de Aspen Institute, en búsqueda de la fórmula para afrontar los desafíos que tienen que ver con lograr una conexión efectiva de las empresas con el talento en un contexto cada vez más global y que demanda una mayor apuesta por la sostenibilidad.
Pisonero subrayó que los rápidos cambios globales requieren una constante adaptación, donde la digitalización es clave, destacando la importancia de la ciberseguridad y la sostenibilidad como retos cruciales para las empresas. Por su parte, Areilza hizo énfasis en los desafíos geopolíticos que enfrenta Europa, incidiendo en “la necesidad de reconfigurar las cadenas de valor y adoptar una mentalidad de colaboración y progreso, en un panorama internacional fragmentado y complejo”.
Pisonero destacó que “la digitalización no es solo para expertos, sino una nueva alfabetización esencial para todos los profesionales, transformando por completo el panorama laboral”. También resaltó que “la ciberseguridad emerge como una necesidad ineludible en este nuevo ecosistema digital, debido a los riesgos inherentes a esta transición. La sostenibilidad, por su parte, se convierte en un reto que exige replantear prácticas empresariales para minimizar el impacto ambiental”.
Complejidad Geopolítica y Estructura Económica
El panorama geopolítico y la economía mundial son temas clave para Areilza, quien recalcó que las empresas deben familiarizarse con estos conceptos debido a la creciente complejidad de las relaciones internacionales y los actores no estatales.
Europa, dijo Areilza, “enfrenta un debilitamiento de su marco basado en reglas, lo que exige una mayor comprensión del lenguaje del poder para proteger los valores europeos”. Además, tanto Pisonero como Areilza coincidieron en que las empresas tienen una oportunidad única para convertirse en agentes sociales, gestionando riesgos mientras promueven la sostenibilidad y fortalecen la economía circular.
Ambos ponentes coincidieron en que, pese a las dificultades actuales, existen grandes oportunidades para que las empresas mejoren la sociedad a través del talento y la innovación. “Las generaciones anteriores ya superaron momentos históricos complejos, y esta generación debe apostar por el progreso y la colaboración para afrontar los retos globales”, concluyó Areilza.
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