Los sectores de la distribución, la industria de alimentación y bebidas, la hostelería y el reciclaje han mostrado su rechazo unánime al nuevo impuesto de envases de Baleares. En su opinión, este nuevo tributo, que grava con especial énfasis productos de primera necesidad como el agua, la leche, los zumos o los refrescos, tiene un fin exclusivamente recaudatorio y no medioambiental.
Las organizaciones de los sectores afectados han puesto de manifiesto que este castigo fiscal sobre el consumo de productos básicos no sólo drena rentas a los hogares, también lastra la capacidad de las empresas para salir de la crisis. Por un lado, añade un incremento injustificado de los costes indirectos de las empresas, en un momento económico extremadamente delicado. Por otro, genera una lista de cargas burocráticas (contabilidad, gestión, liquidación) que encarecen los costes de administración. Además, este tipo de medidas se desmarcan de los esfuerzos de la Administración central para garantizar la unidad de mercado, dejando a las empresas que operan en las Islas en una clara desventaja frente a otras comunidades.
El impacto del nuevo impuesto se dejará sentir también con fuerza en el turismo, principal motor económico de Baleares. Según datos del sector, unos 7.000 negocios y 13.000 empleos están afectados por tributo.
Más información, aquí:
[slideshare id=17225249&w=479&h=511&sc=no]