Este 6 de diciembre de 2018 nuestra Constitución cumple 40 años. Un periodo de progreso y crecimiento histórico para la economía. Nuestro PIB se ha multiplicado por 19 y se han creado 6 millones de ocupados más. La renta per cápita se ha multiplicado por 15, hasta casi igualar la media europea. Nos visitan cerca de 80 millones de personas al año, el doble que hace 40 años. Y tenemos un tejido de grandes y medianas empresas que operan en todo el mundo. En este periodo, sólo nuestras empresas han multiplicado por 11 su empleo.
Cómo hemos cambiado
En 1978 las firmas de ANGED empleaban a unas 21.000 personas en España, hoy son 11 veces más, hasta 232.500, las personas las que trabajan en nuestro sector. Un motor de empleo que supera en número, por ejemplo, a los servicios financieros en España (215.000 personas) o a las fábricas de coches y material de transporte (207.600 personas).
Nuestras empresas son, de hecho, impulsoras de buena parte de los cambios de la oferta comercial que se han producido en España en las últimas décadas. En 1978 comenzó a desarrollarse los dos formatos que han protagonizado la Distribución española hasta la actualidad. Por un lado, comienza la fuerte expansión del gran almacén y la caída de los entonces llamados almacenes populares. Y, por otra parte, aparecen los primeros hipermercados, que revolucionarían el consumo alimentario con una variedad de marcas, productos y precios que transformaron el consumo de los hogares.
A ello se añadiría en los años 90 el crecimiento de las cadenas especializadas (los category killers de moda, electrónica, bricolaje, hogar, etc.) y los grandes supermercados. En todas estas transformaciones han tenido un papel relevante nuestras empresas, que están inmersas nuevamente en un proceso de profunda transformación, marcado por la digitalización del consumo y los modelos de negocio. Sólo en los últimos diez años, nuestras firmas asociadas han invertido 15.000 millones para abordar la transición hacia la tienda del futuro.
Gracias a esta modernización hemos pasado en apenas 40 años de una oferta comercial muy limitada (las categorías de productos eran muycortas) con una estructura comercial atomizada (con el autoservicio apenas desarrollado), a una variedad de modelos comerciales, marcas y productos casi ilimitadas, con unos precios extraordinariamente competitivos y un servicio cada vez más amplio y valorado por los clientes.
Según Alfonso Merry del Val, Presidente de Anged: «No debemos olvidar el gran salto que España ha dado en los últimos 40 años gracias a la estabilidad institucional, el espíritu reformista y el consenso (…). Todo esto es extraordinario y merece la pena defender el sistema democrático que ha ayudado a modernizar nuestra sociedad»
Referente comercial en Europa
El comercio español cuenta hoy con un tejido empresarial moderno y competitivo, con empresas bien posicionadas a nivel internacional y una cadena de valor muy eficiente. Además, se ha convertido en un país muy relevante para grandes firmas internacionales que han encontrado en España una sociedad y un mercado en crecimiento y, sobre todo, un nivel altísimo de gestión empresarial por parte de los profesionales que se dedican al mundo del retail. Hay empresas de distribución que llegaron a España en los a principios de los ochenta y hoy emplean a más de 50.000 personas en España, compran a más de 7.000 proveedores nacionales y están en el top 3 de exportadores de productos agroalimentarios españoles al resto del mundo.
De hecho, las empresas de ANGED tienen un efecto multiplicador sobre otras actividades como la industria y los servicios: las compras anuales de nuestras empresas a proveedores españoles supera los 30.000 millones de euros, lo que equivale, por ejemplo, al valor de todas las ventas españolas a Alemania.
Hacia la tienda del futuro
Los cambios en la gran distribución han sido muchos y muy profundos en los últimos 40 años, y en todos los ámbitos: la estructura de los hogares, los hábitos de consumo, la oferta de productos, las nuevas tecnologías, la estructura comercial, la composición del gasto familiar, etc. Y todos y cada uno de ellos, por sí solos, tienen una enorme incidencia en la gestión de las empresas comerciales. Por ejemplo, a principios de los 80, la alimentación tenía un peso predominante en el gasto de los hogares en torno al 30 por ciento. Hoy apenas representa el 16 por ciento, porque los hogares destinar parte de su gasto en compras a otras categorías como tecnología, ocio o moda.
Pero sin duda el cambio de nuestro tiempo es la digitalización. Hasta hace poco, el consumidor tomaba sus decisiones de compra a partir de una experiencia lineal y física, sobre la base de una interacción humana y, en cierta medida, controlada por los comerciantes. La tecnología ha decantado la balanza de su lado, otorgando al consumidor pleno poder para decidir qué compra, cómo, dónde, cuándo y a qué precio. El comercio ha entrado en un entorno competitivo global en el que la analítica de datos y la inteligencia artificial son capaces de transformar los hábitos, deseos y comportamientos de los consumidores en soluciones personalizadas disponibles en milésimas de segundo a través de un móvil.
Como decía Alfonso Merry del Val en la última Asamblea Anual, «ante la avalancha de cambios, nuestro propósito principal no cambia: dar respuesta a los consumidores del siglo XXI. Y si estos están permanentemente conectados, el comercio está obligado a estar con ellos y crear nuevas oportunidades de negocio». Por eso, nuestras empresas van a trabajar para crear la tienda del futuro sobre las bases de un modelo de negocio rentable y sostenible. No sólo en su vertiente económica, sino también en la social y medio ambiental.
Sobre la base del consenso, la estabilidad institucional y las reformas económicas, podemos celebrar 40 años más de Constitución. ¡Feliz 40 Aniversario!