La pandemia del covid-19 nos ha recordado la velocidad con la que las condiciones sociales y económicas pueden cambiar. También ha demostrado la capacidad de empresas y ciudadanos para responder a desafíos comunes, ser solidarios y aportar esfuerzo y trabajo en la reconstrucción.
El comercio, que pudo abrir finalmente al completo todas sus tiendas en junio, recuperó un 18% mensual, según el INE, tras un derrumbe histórico de la actividad. Como recuerda el director general de ANGED, Javier Millán-Astray, «el consumo nacional avanza mejor de lo previsto. Los clientes ven las tiendas como lugares seguros y que se han adaptado rápidamente a sus nuevos hábitos de compra».
En opinión del director general de ANGED, en este momento «disponemos de suficiente información por parte de empresas y consumidores sobre las medidas de prevención adecuadas y se han aplicado estrictos protocolos en tienda que funcionan bien. Además, las empresas tienen experiencia sobre cómo adaptar toda su operativa a cualquier contingencia ocasionada por el COVID, garantizando en todo momento la provisión de bienes y servicios en todo el territorio».
En este sentido, Millán-Astray asegura que «empresas y consumidores han asimilado que la prevención y la seguridad en las tiendas son fundamentales, no esperamos volver a volver a situaciones de meses atrás«. Principalmente, porque “existe un reconocimiento social en el sentido de que el Comercio es un sector seguro, que sabe hacer las cosas bien, se adapta con toda rapidez a las exigencias de seguridad y que colabora activamente con las autoridades sanitarias”.
Confiar en las empresas
Según el último informe de la OCDE, durante el estado de alarma y la desescalada, el comercio ha restado 9,5 puntos al PIB. En el mejor de los escenarios, en 2020 el comercio perderá unos 30.000 millones de facturación. Un deterioro que afecta de forma indirecta a toda la industria nacional.
En este sentido, Javier Millán-Astray insiste en que «es urgente impulsar un gran compromiso nacional para reactivar la confianza de los ciudadanos, el consumo de los hogares y comenzar con urgencia la recuperación del Turismo. Activar un ciclo virtuoso en el que desde luego la distribución va a aportar todo su talento».
En su opinión, “las empresas van a ser las protagonistas de la recuperación económica. No existe otra alternativa. El Gobierno debe confiar más en ellas y proporcionarles un entorno que favorezca su crecimiento».
La respuesta de la distribución comercial
El director general de ANGED cree necesario «destacar el compromiso decidido con la industria nacional que están demostrando las empresas de distribución, su efecto indirecto sobre otras actividades es indispensable para la reactivación económica».
En el caso concreto de «los grandes formatos comerciales se han adaptado muy bien al nuevo escenario: son espacios más amplios, donde es más sencillo adoptar medidas de distanciamiento, control de aforo y seguridad para clientes y empleados. Al tener un surtido más amplio, favorecen una compra más planificada en un mismo punto, reduciendo desplazamientos».
Por último, no hay que olvidar que «en los últimos años, muchas de nuestras empresas han invertido muchos recursos el proceso de omnicanalidad, la venta online y las opciones de clic & collect que ahora se están viendo como un factor determinante».