Con la llegada del Black Friday y las Navidades, el sector Comercio aborda el mayor pico de consumo de todo el año, marcada por la progresiva recuperación del consumo de los hogares. Según el Estudio Consumo Navideño 2021 de Deloitte, las familias españolas tienen previsto gastar una media de 613 euros en sus próximas compras navideñas, esto es un 14% más que en el año 2019. Por su parte, Cetelem destaca en su informe El consumo hacia una nueva normalidad que el gasto durante el Black Friday se situará en cifras precovid, los españoles gastarán un 3% más que en el año anterior durante la jornada de descuentos.
En esta línea, desde ANGED esperamos una buena campaña de Navidad, en sintonía con la tendencia de recuperación del consumo que hemos observado en lo que va de año. La plena normalidad en las tiendas físicas, que el año pasado estuvieron sujetas a fuertes restricciones o incluso cierres, es crítica de cara a la campaña de Navidad. Sobre todo en aquellas categorías comerciales más sujetas a los regalos y celebraciones, como los juguetes, la perfumería, la moda o los complementos.
En los primeros nueve meses del año, el consumo (volumen) avanzó un 4,1%, aunque todavía se mantiene un 3,4% por debajo de 2019. En cuanto a las ventas (valor), la evolución hasta septiembre muestra una recuperación del 6,9%, a tan solo seis décimas del nivel pre-pandemia.
Más de la mitad de los encuestados espera aumentar su gasto en el periodo analizado (62%) debido a la pérdida del miedo a la pandemia por la disminución de la incidencia (43%), el final de las restricciones (33%) y la mejora de la economía (25%). Por otro lado, un 38% asegura que disminuirá su gasto debido a un mayor coste de vida (56%), la inestabilidad económica (49%) y la preferencia por el ahorro (40%).
Aunque el 85% de los encuestados se muestra preocupado por el incremento de los precios registrado en los últimos meses, el 62% de los consumidores consultados espera aumentar su gasto en las próximas semanas.
Deloitte prevé que la ropa y el calzado alcancen el primer puesto en el ranking de regalos más deseados, seguidos de los dispositivos electrónicos en tercer lugar. Se mantienen los top 3 regalos tradicionales para adultos identificados en ediciones anteriores del estudio: Ropa y calzado, cosmética y perfumes, y libros y hobbies.
Aunque los regalos y la alimentación seguirán siendo las dos categorías que se llevan más porcentaje del presupuesto, un tercio del gasto se destinará a consumo discrecional, ese que recoge los caprichos tanto físicos como de sensaciones.
Se consolida la compra online, este año el 36% de los encuestados tiene previsto hacer sus compras navideñas por este canal, frente al 29% del año 2019 o el 28% que lo hicieron en el 2018. Además, el 40% de los consumidores declara utilizar el modelo Click & Collect. Los productos más adquiridos a través del canal online son los dispositivos electrónicos, móviles, juguetes y hobbies. Para la adquisición de productos de lujo o productos más exclusivos, los usuarios siguen prefiriendo acudir a la tienda física.
Problemas coyunturales con el foco en la logística
La situación de la logística internacional está complicando la operativa de muchos sectores de actividad, dependientes de cadenas de valor localizadas en varios países. Es indudable que está generando un incremento de costes asociados al transporte de mercancías y ciertos retrasos en algunas de ellas. No obstante, desde nuestras empresas se ha trabajado con mucha anticipación en la campaña de Navidad para garantizar una oferta suficiente de productos. Si bien se pueden dar incidencias puntuales en algunos productos, éstas no serán relevantes y no se esperan ni mucho menos el desabastecimiento.
Más allá, como venimos insistiendo desde hace meses, desde ANGED nos preocupa enormemente el impacto que sobre las empresas y las familias va a tener las subidas fiscales ya en marcha y las previstas, cuando la economía todavía está lejos de alcanzar los niveles de actividad previos a la pandemia. Las empresas están soportando graves tensiones inflacionistas. Sobre todo, por el extraordinario crecimiento de los precios de la electricidad, al que se suman alzas en materias primas y operaciones logísticas que deterioran más si cabe sus márgenes. Por tanto, insistimos en que no es el momento de subir los impuestos.
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