Las empresas de ANGED trabajan desde hace tiempo para mejorar el control de los stocks de alimentos en sus tiendas, optimizar los procesos logísticos e innovar en todos aquellos aspectos que contribuyen a mejorar la vida útil de los productos: etiquetados, envases, rotación en los lineales o formatos.
Este esfuerzo por ser más eficientes ha permitido al este eslabón de la cadena ser el que menos desperdicios alimentarios genera, según datos de la Comisión Europea. Pero ¿qué pasa con aquellos excedentes alimentarios aptos para el consumo que no se venden?
Según una encuesta realizada por al Asociación de Empresas de Gran Consumo, AECOC, las principales firmas de distribución tienen acuerdos de colaboración con los bancos de alimentos y otras organizaciones, como Cáritas y Cruz Roja, para canalizar estos excedentes alimentarios a hogares y personas con riesgo de exclusión. En este estudio participan 17 empresas, entre ellas Alcampo, Carrefour, Eroski y El Corte Inglés.
En cuanto a la gestión de los productos perecederos, aquellos que por sus características son más difíciles de gestionar, las firmas de la distribución están impulsando iniciativas con comedores sociales y entidades locales próximas para poder redistribuirlos en la mayor brevedad y las máximas garantías de seguridad y calidad que obliga la ley.
Del mismo modo, según el estudio, muchas empresas aplican descuentos en los productos próximos a la fecha de vencimiento para facilitar su salida de stock y evitar el desperdicio.
Por último, ocho de cada diez empresas ha realizado acciones de formación a sus empleados sobre la importancia de gestionar bien los alimentos. Acciones de sensibilización que se extienden en muchos casos a los consumidores.
ANGED y sus empresas asociadas participan en La alimentación no tiene desperdicio, aprovéchala, una iniciativa de AECOC y el Ministerio de Agricultura para impulsar la lucha contra el desperdicio entre fabricantes, distribuidores, administraciones y organizaciones de consumidores.
;
