- El calendario de 16 domingos ha disparado la afiliación a la Seguridad Social en el comercio, que crece a ritmos del 4%, el doble que la media nacional.
- Con el comercio electrónico abierto las 24 horas del día, restringir la actividad comercial únicamente perjudica al empleo y las tiendas urbanas
- Las moratorias a las nuevas aperturas, las subidas del IBI y más restricciones de horarios bloquean la capacidad de mantener el empleo e la inversión en las Islas
Las Islas Baleares han liderado el despegue de la actividad comercial en España los dos últimos años, en los que puso en marcha la ampliación de domingos y festivos comerciales hasta los 16 actuales.
En concreto, con la ampliación a 15 domingos y festivos de apertura en 2015, el empleo comercial de las Islas avanzó un 3%, más del doble que el año anterior y casi un punto por encima de la media nacional, según datos de afiliación de la Seguridad Social. En 2016, con la ampliación a 16 domingos y festivos de apertura, Baleares ha acelerado todavía más la creación de empleo comercial: la afiliación acumula un crecimiento del 4% anual hasta septiembre, frente al 2% de media nacional. Por su parte, la facturación balear creció un 4% el pasado año y acumula un avance del 6% este ejercicio, liderando el crecimiento de ventas frente al resto de comunidades, según datos del INE.
Con este balance, ANGED cree que no existen razones objetivas para volver al viejo calendario de 10 aperturas. En primer lugar, porque existe una demanda real por parte de miles de consumidores que compran en domingo y nuestras empresas desean legítimamente atender. En segundo lugar, porque no es concebible que una comunidad que recibe a millones de turistas, restrinja la actividad del comercio y desaproveche parte de las oportunidades de generación de gasto y empleo que brindan. Por último, porque vivimos en una era digital en la que el comercio electrónico vende las 24 horas del día. Si las autoridades no están dispuestas a prohibir comprar por Inteet un domingo, no parece razonable que restrinjan el derecho a abrir de quienes crean empleo e inversión en las ciudades y pueblos de Baleares.
Medidas como las moratorias comerciales de Mallorca y Menorca, la subida del IBI o las restricciones de horarios hacen muy difícil mantener el nivel de empleo e inversión. El comercio, independientemente de su tamaño, y las Administraciones deberían abrir un debate sobre los desafíos que afronta el sector en nuestra era digital, las oportunidades del turismo de compras y la forma de hacer más competitivo el tejido comercial de las Islas. En definitiva, cómo construir un marco normativo modeo y acorde a la realidad de nuestros días.
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