La recuperación del gasto turístico, muy cerca ya de los niveles previos a la pandemia, y la evolución del empleo han sido los dos principales dinamizadores de la actividad comercial a lo largo de 2022 No obstante, como recoge nuestro último Resumen de Indicadores del Comercio de enero, el consumo en el comercio se mantuvo todavía cuatro puntos por debajo de la pandemia, en un contexto marcado por fuertes presiones inflacionistas para empresas y familias y la inestabilidad.
Hasta noviembre (últimos datos disponibles) las ventas del comercio avanzaron un 9,6%, destacando la recuperación de algunos de los sectores más afectados por la pandemia, como el textil, que sigue recuperando terreno. El gran consumo, con una campaña de Navidad mejor que la de 2021 (que estuvo marcada por la ola de ómicron), cerró el ejercicio con un avance del 10% (Nielsen IQ).
En un plano más general, el ultimo trimestre del año se comportó mejor de lo esperado la energía, gracias a una meteorología benigna, que ha permitido moderar los precios y garantizar las reservas de gas. La confianza mejoró levemente en diciembre, pero el consumo de los hogares siguió atenazado por la inflación, la subida de tipos de interés y la desaceleración del crecimiento de empleo del cuarto trimestre. Según datos de BBVA, el gasto en términos corrientes del indicador de consumo creció un 3,6% interanual (hasta el 18 diciembre), un punto más que en noviembre, aunque con una perdida en términos reales del 2,6% por los factores señalados.
El dato del mes: El ecommerce ha crecido un 77%
La pandemia ha acelerado sin duda el cambio estructural del comercio hacia la digitalización. Según los últimos datos de la CNMC sobre comercio electrónico en España, las ventas online de productos superaron los 8.000 millones de euros en el primer semestre de 2022 (sin contar los servicios), es decir, un 77% más que en el mismo periodo de 2019. La noticia positiva es que las tiendas físicas también han recuperado su afluencia de visitantes y peso central, con un 93% de cuota de mercado, en un comercio cada vez más omnicanal e integrado.
A tener en cuenta: La pérdida de competitividad fiscal de nuestra economía
El Instituto de Estudios Económicos (IEE) acaba de presentar el informe sobre Competitividad Fiscal 2022. España sigue perdiendo competitividad en el ámbito fiscal. Entre sus conclusiones, destacan:
- Los ingresos tributarios presupuestados para 2023 superan las cifras de 2019 en casi 50.000 millones de euros, lo que representa un 23,4% de incremento, mientras que, en el mismo periodo, el PIB se ha incrementado en un 11,5%.
- La presión fiscal alcanza un 42,1% para 2022, con una subida estimada, en 2023, de hasta el 42,3% en un momento de gran incertidumbre económica. Este crecimiento de la presión se realiza, fundamentalmente, mediante la introducción de nuevos tributos o la reforma de los existentes que afectan a la tributación empresarial y al ahorro y la inversión.
- En el índice de competitividad fiscal, España se sitúa en 2022 en la posición 34 del total de los 38 países analizados, once puestos más abajo que la posición 23 que ocupaba en 2019.
- En 2022 el indicador de presión fiscal se sitúa en 116,4 puntos, un 16,4% más elevada que la media de la UE. La situación de España es también un 16,8% peor que la del promedio de los países de la OCDE, que tiene 99,6 puntos.
- La proporción de recaudación que en España procede de las empresas es considerablemente superior a la media europea, ya que los ingresos públicos que aportan las empresas respecto al total, son en España, del 32,5%, mientras que la media de la eurozona es del 23,9%.
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