El turismo ha abierto una ventana de optimismo en la economía. Entre enero y junio, España recibió un 4,2% más de visitantes extranjeros. Una tendencia que, de proseguir en verano, puede dar lugar a un año récord para el sector, con casi 60 millones de visitas internacionales.
Pero el primer balance del año llama al optimismo no tanto por el número de visitantes, sino por el gasto de los turistas, que avanza a ritmos del 7,9%, según datos del Ministerio de Industria. En este sentido, la llegada de nuevos perfiles turísticos (los rusos experimentan un alza del 25%) puede explicar parte del aumento de la facturación.
En un entorno en el que el consumo de los hogares españoles sigue paralizado, el turismo es una palanca fundamental para activar las ventas del comercio. ¿Pero qué turista es el que más compra? Según datos de Global Blue, chinos y rusos generan el 40% de la caja que los visitantes internacionales dejan en el comercio español. Su potencial de gasto llega a cuadruplicar al de un turista de la UE.
El 82% de los chinos que llega a España viaja para comprar, según Global Blue. Por cada acto de compra (hasta cuatro en un día) desembolsan unos 850 euros de media. Por su parte, los rusos incrementaron el pasado año su gasto en compras un 44%, hasta los 228 millones de euros.
Estos globe shoppers son, sin duda, unos clientes más que rentables para el comercio y la economía española. Aunque también exigen un esfuerzo de adaptación. El Monitor de Competitividad Turística de los Destinos Urbanos, UrbanTUR 2012, que elabora Exceltur, muestra cómo las restricciones de horarios comerciales pueden restar potenciales ingresos turísticos al comercio y debilitar el posicionamiento de las ciudades como destino del shopping internacional.
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