“El mundo se está reconfigurando en grandes polos geopolíticos, con un repliegue de la globalización y serias amenazas para la paz como vemos con la invasión rusa de Ucrania. La definición de una autonomía estratégica europea requiere un ingente esfuerzo en materias como la defensa, la ciberseguridad, la innovación o las cadenas de producción industriales”, alertaba el presidente de ANGED, Alfonso Merry del Val, durante la clausura de la última Asamblea Anual de la Asociación.
Según una encuesta a un centenar de directivos y profesionales del mundo empresarial presentada durante la Asamblea por ANGED y la consultora de asuntos públicos Lasker, las prioridades europeas en este nuevo contexto deberían ser, por orden, las siguientes: Garantizar la autonomía energética de Europa; apoyar cadenas de producción en sectores e industrias estratégicas; abordar el reto demográfico del envejecimiento y la inmigración; mejorar los ecosistemas de innovación, ciencia e investigación; y una Europa de la Defensa común.
Para profundizar en la cuestión de si es posible una autonomía estratégica de la UE, la Asamblea de ANGED congregó en un debate a voces cualificadas como Charles Powell, Director del Real Instituto Elcano; Susana del Río, doctora en ciencias políticas y miembro del Comité de Expertos Independientes de la UE; Jaume Duch, director de Comunicación del Parlamento Europeo; y Pablo R. Suanzes, moderador del debate y corresponsal en Bruselas de El Mundo.
Powell definió la UE como “una potencia herbívora rodeada de potencias carnívoras” en un momento muy complejo marcado por “un nuevo orden crecientemente multipolar que interpela a la UE” y que está “marcado por una rivalidad entre China y EE. UU.” que genera una tensión negativa para Europa. En este escenario, el director del Real Instituto Elcano considera que hay “tres grande dilemas”. El primero es la relación con EE. UU., con quienes tenemos unos “intereses son similares, pero no idénticos” y una dependencia cada vez mayor en términos militares y tecnológicos. El segundo dilema es la relación con China, que para Powell sería como una “definición perfecta de esquizofrenia”, ya que vemos al gigante asiático como “un socio en cambio climático, un competidor en el ámbito comercial y un rival sistémico en el ámbito político”. El tercer dilema pasaría por una relación los países del Sur emergente o plural, con actores como la India o los países árabes que han diversificado el orden global.
Powell aplaudió el debate abierto bajo presidencia española de la UE sobre la autonomía estratégica, pero considera que la “gran pregunta” que tenemos en Europa pasa por saber si queremos hacer la transición verde y la digital manteniendo nuestra productividad y nuestra competitividad.
En esta línea, Susana del Río remarcó que “el gran reto es conseguir que este proceso de autonomía estratégica sea capaz de salir de las áreas de seguridad y defensa para volcarse en otros campos como la transición ecológica y digital”. En su opinión, es muy importante la construcción de la Comunidad Política Europea, “los 27 Estados Miembros más 17 países que quieren unirse para fortalecer nuestro sistema y valores”, ya que se trata de “una Comunidad que va por delante de la propia ampliación de la UE e impulsa el poder continental de la UE”.
Por su parte, Jaume Duch, argumentó que la autonomía estratégica de la UE “no es una fórmula mágica, si no magistral. No es una solución a todos los problemas, pero sí una hoja de ruta para que una UE que pueda ser viable”.
Para Duch, los tres frentes principales de la autonomía estratégica son unas “capacidades militares coordinadas”, un “mercado europeo de la energía” y el “acceso a materias primas, productos de primera necesidad y tecnología”. Desde una visión más positiva, recordó que “no partimos de cero. La moneda única, la vacunación contra el covid, los fondos Next Generation o la negociación del Brexit han sido una respuesta del bloque a unas condiciones internacionales exigentes”. Crisis más recientes como la guerra han dado lugar a medidas como el mecanismo europeo de la paz, la compra conjunta energía y munición o el debate ampliación europea.
ESTABILIDAD PARA RECUPERAR LA CONFIANZA
En este contexto de profundos cambios internacionales, el presidente de ANGED planteó la disyuntiva de España entre “ser un activo o un factor de incertidumbre para Europa”. En su opinión, “la parálisis política envía una señal de desconfianza hacia un país que se dirige a un estancamiento debido a la inoperancia de sus responsables políticos a la hora de abordar las grandes reformas pendientes”.
Durante la clausura, Merry del Val insistió en que “para conseguir un crecimiento más sano de la actividad, el empleo y la inversión, es fundamental establecer un marco favorable al desarrollo de las empresas y que impulse la productividad”.
El presidente de CEOE, Antonio Garamendi, apuntó además que para restablecer la “confianza empresarial” es fundamental una “estabilidad, diálogo y moderación” por parte del debate político.
“Las empresas somos parte de la solución, no del problema”, señaló Garamendi, pero lamentó que “es difícil que en momentos complicados las empresas puedan seguir aguantando cuando lo que se pone son trabas de tipo administrativo y de tipo fiscal”. En particular, se refirió al comercio como “uno de esos sectores que más soportan el exceso de regulación, con 5.000 nuevas normas aprobadas en los últimos cinco años”.
Precisamente, Géraldine Fages, miembro de la DG Grow de la Comisión Europea recordó que la situación de España en el Indicador de Restricciones del Retail “no ha cambiado mucho” y sigue a la cola por el exceso de barreras tanto al establecimiento como la actividad comercial. Fages llamó a profundizar en el mercado único como “un elemento fundamental para el éxito de la transición, la resiliencia y la competitividad a largo plazo” del retail europeo, que “representa el 11,5% del valor añadido de la UE, y genera 29 millones de empleos directos en 5,5 millones de empresas. Es el mayor empleador privado de la UE”.
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