Más de un centenar de empresas y organizaciones de la distribución, como ANGED, y de la industria agroalimentaria se han unido al compromiso “La alimentación no tiene desperdicio”, una campaña promovida por AECOC para luchar contra el problema del despilfarro alimentario.
Un estudio reciente de la Comisión Europea demuestra que el desperdicio de alimentos no es un problema de un eslabón, sino de todos los elementos que intervienen en la cadena: desde la producción, hasta los hogares. De hecho, de los 89 millones de toneladas de alimentos que terminan en el cubo de la basura en Europa (2,9 corresponden a España), el 42% proceden de los hogares; un 39% de la industria, que desecha aquellas partes de los alimentos no aptas para el consumo o los desperdicios generados durante el proceso de transformación; otro 14% se genera en hoteles y restaurantes. Por último, la distribución aporta 5% del total.
El decálogo suscrito por la industria y la distribución, de la mano de AECOC, y apoyado por el Ministerio de Agricultura pretende impulsar prácticas de prevención y mejora de eficiencia en la cadena, de modo que no sólo se puedan reducir los desperdicios, sino dar una mejor información al consumidor para que se sensibilice con esta problemática.
Este compromiso global, que arrancará en 2013, incluye un objetivo concreto: conseguir reducir hasta un 15% en los próximos tres años el volumen de basura que se genera en toda la cadena de valor.
Las cifras de la Comisión constatan, no obstante, el esfuerzo que ya está realizando la distribución. Las compañías de ANGED han implantado sistemas para controlar mejor el stock de sus tiendas y optimizar al máximo todos los elementos que afectan, en última instancia, a la vida útil de un producto: etiquetados, envases, rotación en los lineales, nuevos formatos de productos. También colaboran estrechamente con la industria para alargar la vida útil de los productos y mejorar su conservación.