En el Día Internacional del Trabajo, las organizaciones representativas del sector reivindican un mayor reconocimiento político y social.
El empleo en la distribución tiene una importancia crucial en términos de productividad, empleo femenino, emprendimiento y vertebración territorial.
“Sin tiendas ni tenderos, corremos el riesgo de vaciar los pueblos y ciudades”.
El comercio se consolida como el principal empleador privado de la economía en España, con casi dos millones de afiliados directos (1.925.000 ocupados medios en 2023, según datos de la EPA), a los que hay que sumar un amplio espectro de empleo indirecto en materia de logística y producción de alimentos, bienes y servicios. En el Día Internacional del Trabajo, que se celebra mañana, las organizaciones representativas del comercio en España ACES (Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados), ANGED (Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución), ASEDAS (Organización Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados) y CEC (Confederación Española del Comercio) reivindican el necesario reconocimiento político y económico del comercio como motor del empleo, así como una mayor consideración social de sus trabajadores que contribuyen, día a día, a dar un servicio de calidad a los consumidores.
La necesidad de que el comercio reciba un mayor reconocimiento político y social tiene que ver, no solo con el compromiso en las crisis sanitaria y humanitaria que hemos vivido en los últimos años, sino tambiéncon los grandes desafíos que el sector tiene por delante. Entre ellos, destacan tener que hacer frente a una carga normativa excesiva -cualquier comercio en España está afectado por unas 3.000 normas- o asegurar el reemplazo generacional que permita al sector asumir los retos de la transformación digital, medioambiental, de formación y laboral. En este último campo, la creación y formación de nuevos perfiles profesionales, así como elevar la consideración social de los trabajadores y trabajadoras del sector, es urgente para abordar el futuro del sector y mantener su impacto positivo en la sociedad.
Más allá de la importancia del comercio para la economía -un sector para el que sus asociaciones llevan tiempo reclamando un reconocimiento estratégico-, las empresas del comercio tienen un impacto social crucial en cuestiones como el empleo femenino, el emprendimiento y la vertebración territorial. En este sentido, el 61 por ciento de los puestos de trabajo del comercio están ocupados por mujeres -siendo uno de los sectores de la economía más feminizado-. Aproximadamente un tercio del total trabajan en el régimen de autónomos, por lo que es un sector que promueve el emprendimiento, y especialmente entre las mujeres, porque de los más de 478.000 comerciantes que trabajan en el régimen de autónomos aproximadamente la mitad son mujeres.
Además, el comercio tiene presencia en casi todos los pueblos de España, siendo un factor fundamental de vertebración y de dinamización económica territorial en términos de empleabilidad, actividad económica, apoyo a proveedores y revitalización de los centros urbanos. Sin tiendas ni tenderos, corremos el riesgo de vaciar los pueblos y ciudades.