Las asociaciones más representativas de la distribución, la industria de la alimentación y bebidas, la hostelería y la gestión de residuos de envases han lanzado una voz de alarma sobre la oleada de nuevos impuestos autonómicos.
Las nuevas tasas sobre los envases (sólo la de Baleares se estima que tendrá un impacto de 400 euros por cada hogar), sobre determinados alimentos y bebidas o los tributos que gravan a los grandes formatos comerciales suponen un obstáculo para la recuperación. En primer lugar, porque penalizarán el poder de compra de los hogares en un momento crítico para el consumo. En segundo lugar, porque lastran la competitividad de las empresas y, por tanto, su capacidad de crear empleo. Y, por último, también contribuyen a una dispersión normativa que atenta contra la unidad de mercado, provocando grandes distorsiones y situaciones discriminatorias entre sectores y territorios.
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