Regular en exceso un actividad puede tener un impacto radicalmente opuesto al pretendido. La Autoridad Catalana de la Competencia (ACCO) acaba de publicar un informe sobre los Efectos del carácter restrictivo de la normativa comercial sobre la competitividad de la economía que alerta precisamente de esta realidad.
El supervisor catalán corrobora, con datos, que las restricciones impuestas por la Generalitat en los últimos quince años al desarrollo de grandes formatos comerciales han actuado en un «sentido absolutamente contrario al objetivo pretendido«. Y añade que «la restrictiva normativa comercial catalana no ha sido efectiva para evitar la caída del comercio tradicional y ha sido contraproducente para fomentar su modernización y especialización, que son claves para su supervivencia».
De hecho, según datos de la ACCO, Cataluña ha sido durante la última década la segunda comunidad donde más ha caído el número de afiliados a la Seguridad Social en el comercio, y el retroceso en el número de establecimientos también ha sido superior a la media. Las barreras para la entrada de nuevos operadores y la instalación de grandes establecimientos tampoco ha ayudado a mantener la cuota de mercado del comercio tradicional. Éste ha perdido un 2,7% de cuota en los últimos diez años, mientras que el hiper se ha dejado un 9,9%. Por su parte, otros formatos intermedios como el supermercado se han fortalecido en este entorno normativo, con un incremento de cuota del 19%.
Entre otros asuntos, la ACCO relata como el exceso de regulación ha tenido efectos muy perjudiciales para la configuración de la oferta comercial en Cataluña, la creación de empleos y la formación de precios.»Los consumidores son los grandes perjudicados por una normativa comercial restrictiva, ya que los efectos identificados acaban repercutiendo directa o indirectamente en su bienestar».
Por último, en un momento en el que se está debatiendo la futura ley de Unidad de Mercado, la ACCO no pasa por alto la dispersión normativa en materia de comercio: «Las Comunidades Autónomas tienen grados de regulación comercial muy diferentes entre sí, de manera que un mismo supuesto puede tener un tratamiento muy diferente en función del territorio. Este hecho podría significar que se apelara a la necesidad de una regulación estatal que garantizara una unidad de mercado y redujera el coste regulatorio de la fragmentación del mercado para la actividad empresarial».
Puedes consultar el informe completo aquí:
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